
Aunque el título de a entender otras cosas, voy a volver a hablar de política en el blog.
Y es que, desgraciadamente, el tema número 1 en la prensa es la guerra abierta entre Israel y Hamas. Esta guerra ha hecho florecer el justiciero que muchos llevan dentro, defendiendo a Palestina como si se tratase de su patria. Sólo hay que ver la cantidad de pañuelos palestinos que están aflorando últimamente. Eran una prenda no muy extraña de ver entre jovenzuelos, sobretodo entre dos grupos, los progres y los que no conocen lo que es una bufanda decente y en condiciones. En estos momentos, el sector progre está en aumento, de número y también de edad. Si os digo la verdad, el detonante para escribir este post fue ver a un señor con los 40 pasados y en un sitio tan decente y por suerte (casi) apolítico como es la Universidad Politécnica de Valencia con uno de estos pañuelos. Entre el dichoso pañuelo y las gafas que llevaba me entró una cosa por dentro que tenía que sacar. Y aquí teneís el desahogo.
Antes de continuar con mi explicación, quiero dejar clara una cosa, no estoy a favor de Israel, ni de Palestina ni de nadie. Aqui no hay buenos ni malos. Bueno, malos si, los dos bandos. Lo que están haciendo no tiene perdón de Dios, ni de Jahvé, ni de Alá (que cada uno elija lo que corresponda). Lo peor de todo es que pasarán varias generaciones hasta ver una solución definitiva al conflicto.
Pero no me quiero desviar más del tema. No es la primera vez que pasa que en España se apoyan causas internacionales teniendo graves problemas dentro de nuestro país. Pregunta a 100 personas no votantes del PP qué fue lo malo que hizo Aznar durante su gobierno. 99 te dirán que la guerra de Irak. La otra persona dirá que lo peor que hizo es no dejarse el pelazo como lo lleva ahora.
Y es que en nuestro país han habido, hay y habrán problemas graves. En este momento, sin ir más lejos, las cifras de paro alcanzan máximos históricos, pero aqui todavía no se han hecho manifestaciones pidiendo soluciones al Gobierno. Y es que, ¿qué importa que tu vecino esté en paro con mujer y 3 hijos si a miles de kilómetros unos descerebrados se lanzan bombas entre ellos?
Como aficionado al deporte, a los lugares donde se practica esta aséptica afición ha llegado también la moda y he tomado nota. Hoy, sin ir más lejos, en el partido entre el Athletic de Bilbao y el Valencia alguien en el público llevaba una bandera de Palestina. Y es que todo el mundo sabe que el delantero centro del Athletic nació en Oriente Medio y no en Basauri. También al baloncesto ha llegado esta mezcla
explosiva entre deporte y política. El Maccabi de Tel Aviv jugó el pasado jueves en Málaga ante Unicaja. En un principio, se anunció que se prohibiría la entrada al pabellón Martín Carpena (si alguien no lo recuerda, concejal asesinado por terroristas, mira que casualidad, aqui también tenemos de eso) portando pañuelos palestinos. Tras las protestas, la policía rectificó y al partido se pudo acceder sin problemas. Pero no hubiera estado de más esa prohibición. En 2004, ese mismo equipo israelí jugó en Valencia, y en las gradas aparecieron por arte de magia (o generación espontánea) individuos que insultaron al público desplazado desde Israel y gritaban 'Viva Palestina libre' con su palestino al cuello (acciones por otra parte poco inteligentes teniendo el pabellón controlado por agentes del Mossad). No hace falta decir que estos tipos no volvieron a la Fonteta.
No digo que esté mal defender una determinada causa, que cada uno haga lo que quiera, pero por favor, que primero vivimos en España, un país con sus problemas, y si no somos los españoles los que nos preocupamos por ellos, ¿quién lo va a hacer?