Estas palabras han conmocionado España o, como dicen algunos, el Estado español. En principio no significan gran cosa, veamos que realmente estas palabras son cosas cotidianas y que no hace falta alarmarse por oírlas. Por ejemplo:
Alto: Un señor que juega a baloncesto. Pasa desapercibido en la prensa.
Fuego: Lo descubrieron en una cueva y se usa en la vida diaria, cocinar, quemar fallas, encenderse un canuto...
Permanente: Sin esta palabra, las peluquerías femeninas estarían vacías y sólo unas cuantas modernas entrarían a hacerse mechas color rosa.
Sin embargo, si vemos a tres personajes, vestidos de negro, con una sábana en la cabeza y una txapela (o boina) y pronuncian las palbras anteriores todas seguidas, se arma la de padre y muy señor mío. Parece que estas personas (no sabemos si en realidad eran muñecos controlados por hilos al estilo Pinocho; además que gente como esta ha dicho muchas mentiras) son de una banda terrorista llamada ETA, que no es que les guste mucho hablar, porque se lían a tiros y bombas con el primero que pasa para conseguir lo que quieren, y que parece que ahora quieren ser niños buenos y ser tratados como si nunca hubieran hecho daño.
El dichoso comunicado bien parece una carta a los Reyes Magos, porque piden, y mucho, y eso que todavía quedan unos 9 meses para que recibamos la visita de sus majestades, que si no son tontos, traerán carbón a estos tipejos.
Las reacciones de nuestros mandatarios no se han hecho esperar y el presidente Rodríguez ya se congratula por el mensaje y muchos ya le atribuyen méritos. Parece también que a nuestros líderes no les importe lo que estos hayan hecho antes, pues ya quieren dialogar, con las pistolas sobre la mesa, porque no han dicho que vayan a dejar las armas. Ni siquiera han pedido perdón por las 851 personas que han perdido la vida por su culpa y los miles de heridos y de afectados por su violencia sin sentido.
Esperemos que esta vez sea la definitiva y que la gente pueda vivir en paz de una vez por todas en España en general y el País Vasco en particular.