Retro, luego existo

Tomo prestada esta frase que aparece en la portada de la revista Xtreme porque hoy quiero hablaros de la fiebre retro que está aumentando en un servidor desde que llegó la presente generación de consolas.

Muchos piensan que los juegos antiguos son basura. A los que piensan eso les digo que comparen este caso con las películas (¿acaso es mejor 'El increible Hulk' que 'Casablanca'?) porque juegos buenos han habido en todas las épocas, aunque no con los mismos recursos gráficos, claro está. Además, hemos llegado un punto en el que la inmensa mayoría de los juegos tienen buenos gráficos y para destacar hay que tener originalidad, concepto que se está perdiendo estos últimos años.

Como decía, la fiebre retro me entró con esta nueva generación de consolas, con la Xbox 360 concretamente. Xbox Live Arcade, el servicio de descargas de juegos de Xbox, tiene dos tipos de juegos. Unos son juegos nuevos, pero pequeños y otros son los clásicos. Entre ellos, juegazos como Ikaruga, Rez, Doom, Street Fighter 2, Ultimate Mortal Kombat 3, Sonic, Castlevania Symphony of the Night... Con estos títulos, no tener ganas de jugar a juegos retro era imposible.

Luego además llegó la Dreamcast. Allí estaba, con su caja destruida pero totalmente nueva, en una sucia esquina de un sucio Corte Inglés. Uno de mis deseos de infancia se cumplía y durante el año y medio que la tengo he ido montando una buena colección de juegos que roza la cuarentena, gracias a tiendas online casi en exclusiva.

No hay que olvidarse de los emuladores. Poder jugar a miles de juegos arcade con MAME o a toda la colección de juegos habidos y por haber de Mega Drive, Super Nintendo y otras consolas es algo que no tiene precio para un retrogamer. Tampoco hay que olvidar las revistas, como la ya mencionada Xtreme, EDGE o NGamer, que incorporan secciones retro donde repasan grandes juegos del pasado.

Ahora mi misión es ir encontrando por ahi cartuchos para mis viejas consolas, a ser posible a buen precio y nuevos totalmente. Será difícil, pero de momento, hace un par de semanas recibí dos juegos de Nintendo 64. Mega Drive tiene que ser mi próximo objetivo.

La verdad que el sentimiento que alimenta esta afición por el píxel y lo viejuno es la nostalgia. Gracias a esto puedes recordar momentos de tu vida de jugador, como cuando me regalaron la Game Boy, cuando jugué a Sonic por primera vez, aquella tarde de noviembre del 96 cuando vi por primera vez imágenes en movimiento de Super Mario 64, esas partidas furtivas al FIFA 99 en casa de un amigo, los piques a Mario Kart 64 y Perfect Dark al salir de clase o los domingos por la noche escuchando Game 40.

Por supuesto no reniego de los juegos actuales, pero echar una mirada al pasado nunca viene mal, y menos si es tan gratificante como ésta.