A sus órdenes, mi capitán

La pasada semana se hizo oficial una noticia que por una parte era esperada, aunque sorpredente por otra: Victor Luengo, capitán del Pamesa Valencia, quedaba desvinculado del equipo de toda su vida al no ejercer el club la opción de renovación de su contrato.

Para que no parezca que soy un fanático, antes de empezar de hablar sobre el asunto quería aclarar que para mi está claro que Luengo no es uno de los mejores jugadores de la ACB y ofensivamente es limitado, pero está clara una cosa, siempre que salía a la cancha, lo daba todo por el Pamesa, sin medias tintas, defendiendo como el que más y dejándose la piel más que muchos que ganan mucho más dinero y se supone que tienen más talento que él.

Victor lloró en su despedida del club. Algo muy normal, por otra parte. En el entorno del Pamesa, todo el mundo quiere a Victor Luengo. Por supuesto, el cariño es recíproco. Luengo siempre ha tratado bien a compañeros, directivos, periodistas y aficionados y por eso a muchos nos ha dolido su marcha. Con él se va el último superviviente de la Copa del 98. Aunque Rodilla y Vukovic sigan en el club dentro del gabinete de la Dirección Deportiva, ya no será lo mismo sin Luengo en la cancha, el hombre que también recogió la Copa ULEB ganada en 2003.

Pienso que a Luengo esta decisión le ha dolido tanto por temas deportivos, porque él quería jugar un año más en Pamesa y quizá luego pensar en la retirada, como por temas personales. Para una persona que se encuentra en el final de su carrera deportiva, que ha vivido siempre en Valencia, estando 18 de los 20 años de la historia de Pamesa en el mismo equipo, verse ahora mismo teniendo que buscar otro equipo, seguramente uno de final de tabla y además llevando consigo a su mujer y sus dos hijos pequeños, es difícil. Seguramente Victor se sentirá raro en otra ciudad, en otro club, con una organización menos familiar de la que tiene el Pamesa y con unos compañeros de los que no será el lider en el vestuario. Espero que esta adaptación le vaya bien.

Pero bueno, la vida sigue, habrá que buscar un nuevo capitán (mis favoritos para el cargo son Vule Avdalovic y Albert Oliver) y en la Fonteta ya se ha reservado el sitio para que la camiseta número 15 sea retirada y colgada junto a la de Nacho Rodilla en un homenaje que se hará cuando el 'Capi' deje sus Reebok en el armario.

Siempre Luengo.